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Los ejercicios de Kegel consisten en contraer y relajar repetidamente los músculos del suelo pélvico. Estos músculos sostienen la vejiga, el útero (en mujeres) y el recto.
Sirven para prevenir o tratar la incontinencia urinaria, mejorar la salud sexual y preparar o recuperar la zona pélvica tras el parto o cirugías.
Imagina que tienes muchas ganas de orinar y necesitas aguantarte, o que quieres evitar que se escape un gas. El músculo que aprietas para hacer eso es el suelo pélvico.
Nota: No debes apretar los glúteos, ni los muslos, ni el abdomen. Intenta aislar solo la zona pélvica.
No, los hombres también se benefician enormemente. Ayudan a la recuperación tras cirugías de próstata, mejoran el control de la vejiga y pueden ayudar con la función eréctil y la prevención de la eyaculación precoz.
La constancia es clave. Se recomienda realizar una sesión diaria. Los músculos del suelo pélvico pueden fatigarse como cualquier otro, por lo que es mejor calidad que cantidad. Si sientes dolor, detén el ejercicio y consulta a un especialista.